domingo, 3 de octubre de 2010

Tienes derecho a estar fabulosa

Acabo de terminar de ver una película de zombies. Con 'zombies' no me refiero al argumento sino a lo que debería ser un género en sí... Pero esta es otra historia y deberá ser contada en alguna entrada en otra ocasión.

¿Qué es lo que me ha llevado a escribir esto?

Imaginad un paraje desierto, sin rastro de vida humana (no infectada). La protagonista lo sobrevuela en busca de una mínima esperanza. Por radio no contacta con ningún ser inteligente. El carburante amenaza con acabarse y damos por hecho de que no irá muy bien de provisiones. Lleva ciento y pico días en el dichoso avioncito... pero espera, ¿qué es eso?

¡Su perfecto maquillaje sigue como el primer día en el que disparó a un zombie! ni rastro de ojeras. Madre mía, incluso la poca roña que tiene en el cuello le queda bien. Si se rompe la ropa por descontado que le hará parecer mucho más sexy.

Por supuesto, todos sus futuros compañeros de aventura tendrán el mismo aspecto. "Sólo tenemos esta porquería de comida" dicen, pero Dios bendiga al listo que corrió delante de zombies con un saco de gomina al hombro.

En una parte de la película, la protagonista enseña a un amigo sorprendido su completo arsenal. Pistolitas que  siempre vemos apareciendo una por una durante una pelea sin descanso, pero nunca sabes en que parte de ese ajustadito traje las lleva. Me imaginaba la siguiente escena, cuando enseña todo lo que lleva en su oculto necesser y al durito de turno le da un shock de la emoción, "llevo años sin hacerme las uñas" diría.

Porque un mundo postapocalíptico infestado de zombies también puede ser glamuroso. Y punto.

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